sábado, 11 de febrero de 2012

El mundo de la publicación científica: la visión de un farmacéutico

Hace unos años tuve una idea y decidí poner en marcha un proyecto de investigación. Actualmente he finalizado el trabajo de campo y he analizado los datos. El próximo paso será escribir un articulo científico original con los resultados del estudio y publicarlo. Pero, ¿cómo debo escribirlo?, ¿a qué revista lo envío?, ¿quién decide si va a ser publicado? Supongo que, al igual que a mi, estas cuestiones también se le habrán planteado a muchos compañeros. Podrían formularse otras tantas preguntas, mucho más especificas si cabe, pero con estas me basta para que puedan entender "por donde van los tiros" de esta entrada.

"El mundo de la publicación científica: el gran desconocido por el farmacéutico. Así titularía yo esta película".

Tendría que hacer un gran esfuerzo para responder a cualquiera de las tres preguntas, y no sé si sería capaz. Son de difícil y debatible respuesta. Hay que tener un gran dominio del proceso de divulgación científica y yo estoy aprendiendo. Por eso, me centraré en contar mis vivencias, pero, además, solo en lo que respecta a las dos últimas preguntas. Sobre la primera, simplemente expresaré lo que ahora mismo pienso.

¿Cómo escribir un artículo científico?
En mi opinión, escribir un artículo científico es todo un "arte"; cada autor tiene su propio estilo y se requiere de tiempo para irlo perfeccionando. Nadie nace sabiendo escribir un artículo científico y la única forma de adquirir esta habilidad es practicando. El motivo por el que no voy a escribir una entrada dedicada a la escritura de un artículo científico es porque hay textos especializados, elaborados por personas con mucho bagaje y experiencia, que pueden ser de mucha más utilidad. En la sección "Enlaces de interés" de este blog se puede encontrar algún material al respecto. De todas formas, insisto, estos textos ofrecen "pistas" u "orientaciones" generales para aprender a escribir un artículo científico, pero no van a escribirlo por nosotros; nuestra destreza como "escritores científicos" depende, en gran medida, del tiempo que decidamos (o podamos) dedicarle.

Además de la formación u orientación inicial y la práctica personal, para aprender y progresar en "arte" de la escritura científica, aún debemos tener en cuenta otro punto crucial: la revisión crítica del texto por otros autores que participen en la publicación o, lo que considero más importante, por parte de otros evaluadores externos. Me gustaría centrarme en este segundo grupo de revisores, así que voy a darle un leve giro al discurso que tenía previsto incialmente y voy a saltar a la tercera de las preguntas inicialmente planteadas.

¿Quién decide si un artículo se publica (o se rechaza) en una revista?
La respuesta puede resultar sencilla: el editor o comité editorial de la revista a la que se envía el trabajo. Y aquí podría acabar la cosa. Sin embargo, esta respuesta no sería completa si no se comentara el proceso sobre el que se basa la desición en sí, que no es otro que la revisión crítica del texto por parte de un par de evaluadores externos que ejercen como revisores de la revista. A este proceso se le conoce como proceso de revisión por pares. Antes de entrar a describirlo, me gustaría aclarar algunas cosas:

1) No todas las "revistas científicas" cuentan con un sistema de revisión por pares. En tales casos, la revisión de los artículos es, como poco, incierta: ¿quién la hace?, ¿qué se valora?, ¿importa la calidad metodológica de los trabajos? Existen casos en los que la exhaustividad de la revisión por parte de una revista es cuestionable y no existe un "filtro" que evalúe la calidad metodológica del trabajo. De ahí, el entrecomillado al incio del párrafo, que expresaba mi disconformidad por usar el término "científicas". En mi opinión, lo mínimo que debería exigirse a una revista donde se divulgara el conocimiento científico sobre una disciplina (revista científica) es que dispusiera de un "mecanismo" (sistema de revisión por pares) que, cuanto menos, intentara hacer una evaluación concienzuda sobre la calidad de los manuscritos que le son remitidos. Y llegados a este punto, me gustaría hacer una sugerencia a mis compañeros farmacéuticos: publicar en una revista que esté revisada por pares debería ser un requisito básico de nuestra actividad científica. Nuestro crecimiento como investigadores depende de ello.

2) Que una revista especifique que cuenta con un sistema de revisión por pares, no significa que el sistema sea bueno o funcione bien. Me refiero a la calidad de la revisión, al tiempo empleado para realizarla o a los medios dispuestos por la revista para que la comunicación entre revisores, autores y editores (proceso editorial). Hacer esto de forma adecuada es lo que confiere prestigio y marca la diferencia (en calidad) entre unas revistas científicas y otras. Me decía hace algún tiempo un profesor de la facultad de biblioteconomía de la Universidad de Granada: el prestigio de una revista depende, en gran parte, del trabajo que hagan sus revisores, por eso es importante que los comités editoriales "los traten bien y los cuiden". Ahora lo entiendo perfectamente. En general, una revista científica tendrá más prestigio y en consecuencia, más repercusión o relevancia dentro de la comunidad científica, en la medida que su sistema de revisión por pares funcione y así sea la experiencia, criterio o coherencia de los revisores. Así, en las revistas de mayor prestigio, el nivel de exigencia aumenta considerablemente, los trabajos son evaluados con mayor exhaustividad y detalle y la crítica puede llegar a ser bastante exigente. En realidad, todo esto es algo que funciona "de forma recíproca", es frecuente que los "mejores" revisores quieran trabajar para revistas de gran prestigio y calidad.

Aclaradas estas cuestiones, se puede decir que el sistema de revisión por pares es el mecanismo del que disponen las revistas científicas para evaluar la pertinencia, interés y calidad de los manuscritos que les son remitidos. A mi entender, representa la "agencia reguladora de calidad y relevancia" del conocimiento científico difundido. De ahí, su trascendencia.

El proceso de revisión por pares. Para que un artículo enviado a una revista científica sea evaluado por el par de revisores, lo primero que debe suceder es que el editor de la revista (que es quien primero lo recibe) considere que puede resultar de interés para sus lectores. En esta primera decisión, el resumen (o abstract) del trabajo juega un papel fundamental. Si el editor accede a "darle una oportunidad" al artículo, éste será enviado al par de revisores. Para poder realizar una adecuada evaluación del texto, lo lógico sería que los revisores fueran especialistas en el tema que se ha investigado y dispusieran de conocimientos en estadística, epidemiología, metodología de la investigación, etc. (como se ha comentado, esto no siempre sucede así). Cada revisor leerá el artículo de forma independiente y emitirá un informe acerca del mismo, exponiendo sus opiniones, sugerencias o dudas. Los informes serán enviados y cuidadosamente examinados por el editor, quien finalmente decidirá si el artículo reúne los requerimientos mínimos de calidad como para publicarse en su revista. En ocasiones, cuando la opinión del par de revisores es dispar o no consigue "hacer decidir" al editor si acepta o rechaza el artículo, éste puede enviar el artículo a un tercer revisor (en ocasiones él mismo puede ejercer como tal) que le ayude a despejar la incógnita .

Finalmente, si los informes son desfavorables, el editor comunicará a los autores el rechazo del trabajo; habrá que buscar otra revista que nos "acoja". Si por el contrario, el editor considera que el artículo es "publicable", enviará los informes a los autores para que estos hagan las modificaciones oportunas y respondan cada uno de los comentarios de los revisores. Es posible que los autores no estén de acuerdo con alguno de los comentarios, y en estos casos habrá que justificar el motivo del desacuerdo. El proceso de modificación de un artículo por parte de los autores puede resultar una labor costosa y exigente, ya que, en muchos casos, se pone en evidencia nuestras carencias formativas (que se han traducido en defectos metodológicos del estudio) y tendremos que dedicarle algunas horas al estudio. A mi juicio, esta es una de las partes más apasionantes de la investigación, ya que con frecuencia supone un importante reto personal.

Más allá de que la cosa haya quedado resuelta, tras haber respondido a los informes y realizado las modificaciones en el texto, aún debemos esperar a comprobar si los revisores (y el editor) han quedado satisfechos. El proceso de revisión se repetirá tantas veces como sea necesario hasta que dicha "satisfacción" se alcance o, cuando los autores lo consideren oportuno, hasta que se rechace la opción de responder.

¿A qué revista puedo enviar mi artículo?
No se me había olvidado, me quedaba una pregunta que responder. He de decir que llevo algún tiempo escribiendo una entrada que va a tratar este tema y me queda poco para tenerla lista. No obstante, he de advertir desde ahora que no existe ninguna "receta mágica" para decidir a ciencia cierta cual es la mejor revista para enviar un trabajo, así que espero que tampoco se generen falsas expectativas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario